jueves, 9 de junio de 2011

Riky Martín Llegó A La Argentina

Llegó para promocionar su álbum Música+alma+sexo .

En la Argentina, con la ley del matrimonio igualitario, te sentís más libre, menos señalado que en países más conservadores? Honestamente tengo cuatro días en Buenos Aires y he podido cambiar ideas sólo con periodistas, otro cráneo, otras ideas. Con la gente de la calle no sé qué pasa. Pero si nos dejamos llevar por los números de las ventas de discos, Argentina me apoya. Yo seguí de cerca la votación de la ley y escribí “Argentina, país pensante donde todos encuentran igualdad”. No quiere decir que yo vaya a casarme. Me siento fantástico en comparación a cómo me sentía antes. Lo que piensen los otros, casi no es mi problema. Esta es mi realidad y la adoro. Conozco mucha gente en mi misma frecuencia.
 Mi mantra es Que todo aquél que se acerque a mi vida, esté en mi frecuencia .
¿Y en qué consiste tu frecuencia? No es nada arrogante. Mi frecuencia tiene que ver con no juzgar a nadie. Cada loco, con su tema. Dejar vivir.
La noticia que acompañó tu llegada es tu deseo de tener una hija. ¿Por qué una nena? Como tengo los dos varoncitos, ahora busco a la nena de papá.


Habló sobre sus hijos Valentino y Mateo, Si están con mi madre, están bien. Pero hablo todos los días. Es la primera vez que nos separamos tanto y me siento raro. Pero hay que hacerlo. Todos los padres trabajamos. Cuando canto Lo mejor de mi vida eres tú , pienso en ellos, aunque no sea una historia sobre ellos. Les encantan los instrumentos musicales. Agarran la batería, todos los días tocan el piano. De personalidad son opuestos y por eso se atraen. Yo quiero que ellos vayan al teatro, pero también que jueguen en el lodo ...


En todas las últimas entrevistas que otorgaste se te nota sólido, radiante, como si después del sinceramiento ya no le tuvieras miedo a nada. ¿Estás tan fuerte? T engo menos miedos que ayer. Cuando eres adolescente hay unos códigos bien difíciles de los que no es fácil desprenderse. Temes no ser aceptado. Ya no tengo obsesión por ser querido por todo el mundo y buscar el apoyo de todos. A los 12 mi código era, ¿Qué es lo que hay que hacer para que me quieran? Psicológicamente entonces entras a esa frecuencia de hacer lo que es necesario por ser querido y aceptado. Todo lo que me provocaba miedo en el pasado era aquello que según los códigos de la sociedad, estaba mal. He llegado a un momento de autoestima y dignidad. Tengo menos miedo.
¿Y a qué le temés ahora? Al cinismo. Y a los que usan el poder para manipular o dar información de odio. Siempre digo: Si tu quieres hacer enemigos, intenta cambiar a alguien.


Llegó para promocionar su álbum Música+alma+sexo . Pero el disco, entiende, quedó en segundo plano. Porque “Kiki” -como le llaman sus íntimos- es más que las melodías cuya letras hoy parecen tener moralejas. “Al disco y al libro los ven como de autoayuda, pero simplemente estoy compartiendo dónde estoy. No vine a predicar nada”.

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