martes, 8 de febrero de 2011

Barrio Gay En San Francisco

El "Paseo del Honor" de Castro, un homenaje a aquellos que vivieron su sexualidad abiertamente.
El distrito Castro, también conocido como El Castro (The Castro) es un barrio de San Francisco donde se concentra gran parte de la comunidad homosexual.



Castro y calle 17.

Catorce hombres y seis mujeres son las primeras veinte personas cuyas vidas se conmemorarán por medio de placas de acero con su nombre sobre la bandera del arco iris a lo largo de las aceras de Castro, el barrio gay de San Francisco.

Denominado Rainbow Honor Walk, el proyecto aspira a convertirse en un muestrario de los logros alcanzados por el colectivo LGBT a pesar de la persecución que ha sufrido a lo largo de la historia. De una lista inicial de 150 nombres, el comité del proyecto acabó seleccionando a veinte personajes ya fallecidos que hubieran vivido su sexualidad e identidad de un modo abierto, plasmándola en sus obras o actos.

La lista incluye personajes tan conocidos como el poeta Allen Ginsberg, el artista Keith Haring o el escritor japonés Yukio Mishima; pero también a otros menos conocidos por el colectivo como Jane Addams, primera mujer en ganar el Premio Nobel de la Paz. Del mismo modo se reconocen toda clase de orígenes y nacionalidades, así tendrán también su placa Bayard Rustin, activista por los derechos civiles; Sylvester James, drag queen; James Baldwin, escritor; Frida Kahlo, pintora mexicana y el poeta y dramaturgo Federico García Lorca. Sin olvidar, por supuesto, a clásicos iconos gays de la literatura como Oscar Wilde, Virginia Woolf, Gertrude Stein y Tennesse Williams.

“Estamos hablando de un grupo de personas que fueron realmente peligrosas. Estaban fuera del armario y fueron honestos en una época en la que no era seguro vivir así”, dijo Bill Lipsky, historiador de la junta de la Sociedad Histórica LGBT de San Francisco y autor del libro “Gay and Lesbian San Francisco”. “Pudieron haber perdido sus trabajos, sus familias, el lugar donde vivir, todo lo que se pudiera considerar apoyo social. Aún así demostraron que el colectivo LGBY podía salir bien parado”.

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